Evaluación y categorización del estado de conservación de los suelos en el Centro Experimental San Francisco

Abstract

El Valle Interandino norte en la provincia del Carchi está enmarcado por numerosos volcanes, algunos activos durante el Pleistoceno y otros durante el Holoceno. Ello ha posibilitado la existencia en el terreno de una gruesa capa de sedimentos volcánicos holocénicos, conformada en su parte superior por aproximadamente un metro de cenizas volcánicas (granos tamaño limo a arena gruesa) sobre un metro de lapilli (granos tamaño arena media y gruesa a grava, con abundantes inclusiones tamaño piedra de 2 a 10 cm). Ese material se distribuyó diferencialmente en el paisaje según la topografía, tanto en el momento de la deposición, como posteriormente por acción del viento y el agua, aumentando en las cercanías de la fuente emisora (especialmente el lapilli). Ello fue el material originario de los productivos suelos actuales que cubren el paisaje del valle interandino (Franco, 2015) El desarrollo agrícola crecientemente intensivo, a partir de la deforestación del bosque húmedo montano desde la primera mitad del siglo XX, estimuló una nueva onda de redistribución del material provocada por erosión superficial y, posiblemente, nuevos procesos de solifluxión. Los movimientos en masa son favorecidos en formas de relieve cóncavos, debido a la acumulación de agua y la saturación del material superior, de texturas limosas a franco arenosa y medias de poca adhesividad y cohesión. El inicio de tales flujos pudo eventualmente haber sido desencadenado también por temblores de tierra, frecuentes en la región por la actividad volcánica y la presión de la placa de Nazca en la costa ecuatoriana. Como resultado de todo ello, la “alfombra” de cenizas volcánicas que cubre el valle y las vertientes de las cordilleras occidental y oriental presenta una alta variabilidad en su espesor. Y es en esa capa de cenizas que se ha desarrollado el horizonte A1, de color negro y de alta fertilidad gracias a su alto contenido en humus, del cual depende la potencialidad agrícola de la región (Franco, 2015). El objetivo de este trabajo fue formular una clasificación interpretativa de los jóvenes suelos del Centro Experimental San Francisco, propiedad de la UPEC, que reflejara su nivel de degradación/conservación, asumiendo que ello podría influenciar la productividad. La clasificación fue fundamentada, primeramente, en el espesor del horizonte A1 y en algunas de sus propiedades y, segundo, en su relación con la topografía (posición topográfica y grado de pendiente), lo cual facilitaría su posterior aplicación en la cartografía de los suelos. Se asumió como condición que la definición de los tipos de suelo se basara en parámetros de fácil detección, a los fines de viabilizar su uso con facilidad y bajos costos por parte de técnicos y agricultores. Se diferenciaron 4 tipos de suelos, algunos